ALAS 2024
Se ha presentado el Manifiesto por la Agrociencia, impulsado por la Alianza por una Agricultura Sostenible (ALAS) a propósito de la jornada "El papel de la ciencia en la sostenibilidad de la agricultura". A este documento de siete propuestas que impulsa el uso de herramientas de producción agrícola y ganadera basadas en la ciencia, se han adherido más de una treintena de entidades de toda la cadena de valor del sector agroalimentario. Los Ministerios de Agricultura, Pesca y Alimentación, Ciencia e Innovación, y Transición Ecológica y Reto Demográfico ha mostrado su apoyo al Manifiesto por la Agrociencia.
“La agrociencia es un elemento esencial para la transición hacia un modelo agroalimentario más sostenible. Así, las técnicas de edición genética permiten reducir el desperdicio alimentario, mejorar la salud a través de la alimentación, un mejor comportamiento de los cultivos frente a las plagas y una mejor adaptación frente al reto climático al que se enfrenta la agricultura. La ventaja de esta biotecnología es que permiten producir más con menos”. Así lo manifestó Esperanza Orellana, directora general de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, durante la clausura de la jornada El papel de la ciencia en la sostenibilidad de la agricultura, en la que se presentó el Manifiesto por la Agrociencia, impulsado por la Alianza por una Agricultura Sostenible (ALAS) y al que se han adherido más de una treintena de entidades de toda la cadena de valor del sector agroalimentario.
En este sentido, Esther Esteban, directora del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), entidad dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, aseguró que “solo con ciencia e innovación podemos avanzar hacia un futuro mejor”. “Necesitamos variedades resilientes utilizando todas las herramientas que nos ofrece la ciencia, desde las técnicas tradicionales de mejora hasta las nuevas técnicas de mejora y edición genética”, incidió. Asimismo, agregó: “La actividad agraria no debe afectar de forma negativa a la biodiversidad. La Política Agrícola Común (PAC) es el instrumento del que disponemos para transformar el sector agrario y conseguir que las acciones tengan un beneficio directo en el medio ambiente. Debemos avanzar en el conocimiento e innovación del sector agrario y la cadena alimentaria para producir alimentos seguros y eficientes, dentro de los límites del planeta”.
El Manifiesto por la Agrociencia es una iniciativa impulsada por ALAS, una asociación pionera para impulsar el modelo productivo sostenible y la reputación de los agricultores y ganaderos como un sector estratégico dentro de la cadena alimentaria. El documento cuenta con 32 entidades suscritas, procedentes de todos los ámbitos del sector agroalimentario, desde productores agrícolas y ganaderos, industrias transformadoras, de distribución y de insumos hasta de servicios para el sector, entre otros.
El texto (disponible en la web www.porlaagrociencia.org) surgió como una iniciativa para aglutinar las voces del sector ante los retos inminentes que afronta, como el Pacto Verde Europeo, las estrategias “De la Granja a la Mesa” y “Biodiversidad 2030”, la Estrategia de Protección del Suelo, de la Unión Europea, o el Plan Estratégico de España para la PAC post 2020, del Gobierno español, entre otros.
Sistema competitivo y sostenible
Los firmantes defienden que solo una toma de decisiones que reconozca el papel innovador de la agricultura y se base en la ciencia permitirá tener éxito ante esos retos, manteniendo la competitividad, el empleo, la producción y la modernización del sector, apostando por una transición justa que permita combatir la despoblación en las zonas rurales. Para ello, lanzan siete propuestas concretas, dirigidas a las Administraciones Públicas, a los agentes económicos y sociales y a la sociedad en general, tales como potenciar el papel del sector agrario como sumidero de carbono; considerar la agricultura y la ganadería en España como un laboratorio europeo para el cambio climático; flexibilizar el objetivo de reducción del 50% del uso de los productos fitosanitarios; establecer, por parte de las autoridades europeas, un marco regulatorio basado en criterios científicos que permita a los agricultores utilizar las variedades mejor adaptadas a los desafíos fitosanitarios, competir en condiciones de igualdad y poner en valor los recientes avances en técnicas de edición genética; o poner en valor el papel que la tecnología y la digitalización desempeñan en toda la cadena de valor agroalimentaria.
“Las propuestas del Manifiesto ponen de relieve que nuestro sector necesita un modelo de agricultura basado en la ciencia y no en la política. Para ser competitivos, necesitamos certidumbre y una base científica en la toma de decisiones, así como tiempo para adaptar las explotaciones e incidir en la producción”, afirmó Pedro Gallardo, presidente de ALAS. Por ello, instó a “todos los miembros de la cadena de valor” a adherirse al Manifiesto. “ALAS ha defendido siempre la flexibilidad en relación a los objetivos marcados en la PAC o en las Estrategias de F2F y Biodiversidad 2030. La regulación europea está lejos del campo y de las necesidades de la producción y debería acercar la ciencia y la tecnología a las explotaciones”, ha manifestado Gallardo, quien además se ha referido a la situación extraordinaria que vamos a vivir y ha subrayado que la base científica es la que debe dar respuesta a sus consecuencias. “ALAS quiere ir por delante, ser proactiva en comunicar la adaptación e innovación en nuestras explotaciones con herramientas basadas en la ciencia”, ha señalado.
Por su parte, María Jesús Rodríguez de Sancho, directora general de Biodiversidad, Bosques y Desertificación del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, mostró su acuerdo con el planteamiento del Manifiesto, al reconocer que “los objetivos de sostenibilidad son compartidos y el conocimiento científico tiene que ser la guía para la toma de decisiones” en la actividad agraria y la conservación de la biodiversidad. Así, explicó que el sector científico es “esencial” para hallar técnicas y sistemas de gestión que garanticen el rendimiento agronómico y la protección de la naturaleza.
En la misma premisa incidió Jesús Barreiro‐Hurle, senior scientist del Joint Research Centre (JRC) de la Comisión Europea, quien explicó que los modelos agroeconómicos pueden ayudar a entender qué va a pasar a la hora de implementar políticas. Así, en su opinión, la agrociencia es necesaria para mejorar los actuales modelos. “Debemos buscar soluciones que nos permitan alimentar el planeta asegurando la sostenibilidad y la salud de sus ecosistemas”, concluyó.
Al respecto, Manuel Melgarejo, presidente de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA), sostuvo que la innovación, la ciencia y la tecnología permiten minimizar el impacto medioambiental en la producción agrícola. Por este motivo, hizo hincapié en la necesidad de contar con un entorno legislativo “predecible y estable” que favorezca, facilite y agilice la investigación y la puesta en práctica de la ciencia en la agricultura. En este mismo sentido, aseguró que “nos encontramos en un momento en el que es necesario hacer una profunda reflexión para dar la mejor respuesta a los retos a los que se enfrenta la agricultura” y para ello pidió que Europa sea más ágil y flexible a la hora de adaptarse a las necesidades del sector, incorporando la mejor ciencia y tecnología a la agricultura”.
Más información en www.porlaagrociencia.org