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El entorno abierto de la producción agraria

ALAS 2025

¿Sería posible fabricar las piezas de un coche, ensamblarlas y darle brillo a la carrocería al aire libre?

Pues ese es el entorno abierto en que opera un agricultor, y además lo hace con seres vivos, como son las plantas. Un entorno incierto e incontrolado.

Los cultivos se desarrollan en un medio ambiente donde proliferan las plagas y las enfermedades que dañan y ponen en riesgo la supervivencia de las plantas. Éstas, además, tienen que competir con las malas hierbas por el agua, los nutrientes del suelo y la luz del sol.
Según el Consejo para la Ciencia Agrícola y la Tecnología, dependiendo del cultivo, se estima que las plagas y enfermedades son responsables de pérdidas en los cultivos, a nivel mundial, que oscilan del 25% al 50% o más. Las malas hierbas producen las

mayores pérdidas potenciales (34%), seguidos por las plagas (16%) y los patógenos (14%).
Los cultivos, que mayoritariamente no están protegidos, se encuentran sometidos a las inclemencias atmosféricas como temperaturas extremas (altas o bajas), pluviometría irregular (escasa o excesiva) y accidentes meteorológicos como pueden ser el viento o el granizo.
A nivel mundial, entre 2003 y 2013, según FAO, el número medio anual de desastres causados por todo tipo de amenazas naturales, incluidos los eventos relacionados con el clima, casi se ha duplicado desde la década de 1980. El daño económico total causado se estima en 1,5 billones de dólares.